viernes, 9 de septiembre de 2011

Puta Locura

En mi opinión, la definición actual de las modalidades de entrada en la psicosis se ha vuelto un asunto de carácter social ( según la O.M.S, somos la primera sociedad del estrés multifactorial!) cuyo interés sobrepasa el círculo restringido de la psiquiatría que releva de la preocupación de la prevención del riesgo en una sociedad europea influenciada por el paradigma de la salud mental en su  concepción más represiva.
Mi primera crítica de la psiquiatría se apoya en el hecho de que el sujeto desaparece: el diagnóstico estandarizado de los síntomas del paciente empobrece la dimensión subjetiva del proceso de recuperación. Desde su inicio, la psiquiatría se ha hecho dueña del “seguimiento” de las personas incurables.
En segundo  lugar,  históricamente, las técnicas de intervención en salud  mental, han ido desde el encierro hasta la camisa de fuerza, sesiones de “electroshock” (que no es una nueva tendencia musical)  y las” técnicas” químicas.  En todos los casos, modalidades totalitarias que se siguen utilizando, que no se ciñen únicamente a la vida psíquica, sino a todos los aspectos de la vida.
En tercer lugar, el mercado de fármacos se enfrenta a la ética médica. Pregunto: ¿Alguien vuelve realmente a su estado anterior a la psicosis tras seguir religiosamente su tratamiento?¿ qué coño curan los neurolépticos, ansiolíticos, antipsicóticos y anti-depresivos?
No nos engañemos la psiquiatría es una ciencia de pacotilla, cuya esencia es la de afianzar políticamente la individualización de los problemas colectivos. Para delirar hay que ser dos: Es por el juicio del otro, el que suele tener el poder, que uno delira. Y este juicio se fundamenta en normas socio- culturales…en normas de poder. ¿Qué es lo normal y que es  patológico?
Entrar en la locura resulta ser una estrategia fomentada por una carencia estructural del individuo (no una predisposición), por  encuentros fortuitos desafortunados que no han sido comprendidos  y un fracaso en el auto-tratamiento desembocando en la construcción del delirio.
Desarrollar la comunicación equitativa, romper el aislamiento y apoyar a la construcción de una imagen positiva pasaría por una nueva perspectiva social del paciente como individuo con potencialidades para expresarse tanto a través de su cuerpo, del arte o de la escritura etc. De la misma manera, el sentimiento de ser útil en un grupo social o en una comunidad de vida, a través del trabajo o de cualquier actividad les devolvería un sentido a su existencia. Lo demás, las crisis y las turbulencias tanto personales como colectivas que nos las expliquen los psiquiatras.