lunes, 1 de octubre de 2012

¡Coaching al ritmo de Milton Erickson! (1)



Refiriéndose  a su código deontológico, todo Coach o terapeuta Ericksoniano respeta un modelo, una filosofía y unos principios comunes sin los cuales no puede ejercer con la actitud interna correspondiente al «  buen hacer » de una práctica justa, ni reivindicarse como miembro de esta corriente terapéutica.

En este post expondremos, el primer principio:

1 – Todo ser humano es único.

Cada persona tiene su historia, su personalidad, su originalidad, sus valores propios, su modelo del mundo, sus representaciones, (…), por consiguiente cada uno ha de considerarse como único y diferente…de ahí su riqueza!

De ahí que se vea inapropiado o inadecuado,- para un Coach o terapeuta Ericksoniano-, acompañar a sus demandantes encerrándose en teorías de personalidad  y en diagnósticos psicopatológicos, por que estas distintas perspectivas nunca pueden abarcar  «  la única verdad ».  Estas conducen a una distorsión de la realidad, introducen incomodidad, incomprensión, rigidez, estrechez de miras…

Todo Coach Erickson integra la  importancia de adaptarse específicamente y de manera creativa y ligera a cada demandante y de crear un acompañamiento “a medida”…es la única manera de respetar la integridad y la perspectiva de autonomía: el descubrimiento de recursos propios.